Ayer alguien dejó en mi blog un comentario que merece ser analizado. Textualmente, escribió: «esto es una mierda…» Desde luego es un comentario que, a bote pronto, requiere pocas interpretaciones, pero luego, con la segunda lectura (uno es así de analítico con la crítica constructiva), me entraron las dudas. Porque decir esto es una mierda sin precisar plantea grandes incógnitas. Una mierda, según en qué circunstancias, puede ser una mierda regia: placentera, gustosa, descongestiva, satisfactoria, grata, plácida, complaciente, entretenida o confortante, porque, la verdad ¿quién no ha tenido un mal día y la ha deseado con todas sus fuerzas (nunca mejor dicho) como alivio para sus angustias? Ciertamente, después de esto se tranquilizó mi espíritu. Siempre he valorado las segundas lecturas y la crítica positiva porque me alientan a seguir haciendo lo que más me gusta aunque le desagrade a los exquisitos, exigentes, rigurosos e inexorables críticos que pasan por mi blog. Así que, gracias por leerme y por dejar un comentario.
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