¡Es tan agreste y bella aquella tierra
que desde la llanura hasta la sierra
se desangra bajo la luna austral!
¡Es tan alta la cresta natural
que forma su columna vertebral
donde descansa el cóndor colosal
junto a la almohada en que se duerme el cielo!
¡Son tan recios sus vientos, y su hielo,
y el mar que el vasto territorio encierra!,
que representan un sueño demencial
las lágrimas que riegan tanto suelo.